Esta buena práctica es desarrollada por la Fundación Educación y Cooperación (Educo).
Para abordar la problemática de la migración irregular en Centroamérica y México, el proyecto trabajó en distintas iniciativas de inclusión educativas enmarcadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 4 (Educación de calidad) y 5 (Igualdad de género).
Se identificaron dos prácticas prometedoras:
- La implementación de programas de refuerzo escolar es una herramienta efectiva contra la deserción escolar e influye de manera directa en la decisión de migrar de manera irregular. Se encuentra enfocada en niños entre 10 y 14 años.
- El bachillerato en modalidad flexible, implementado por el Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología, acerca la oferta educativa a aquellas personas que no han logrado continuar con su educación básica. Está destinada a jóvenes entre 15 y 29 años.
Ambas prácticas han tenido un impacto positivo en las poblaciones objetivo, especialmente en el contexto de la pandemia por COVID-19 donde la vulnerabilidad de los migrantes es mayor.